domingo, 9 de mayo de 2010

Santo Domingo de Guzmán, más vivo que nunca!!

El Padre fundador de la Orden de Predicadores, Santo Domingo de Guzmán, fue ejemplo de vida para San Antonino, en el seguimiento de Cristo en la vida Religiosa.

Su Carisma, su vida y hasta su Rostro (el vero volto) están más vivos que nunca. Ha de ser por eso que su Orden se aproxima a cumplir ya los 800 años.





sábado, 8 de mayo de 2010

Breve Biografía de San Antonino

Antonio Pierozzi (el diminutivo se le dio por su grácil físico) nace en Florencia (Italia) en 1389. Conquistado por la palabra austera del beato Juan Domínici, que promovía la reforma querida por el beato Raimundo de Capua, fue recibido en la Orden de Predicadores, “para el futuro convento de Fiésole”, en 1405 a los dieciséis años en el convento de Santa María Novella de Florencia. Hizo el noviciado en Cortona  y recibió su formación en el centro de la reforma, el convento de Fiésole, ya en construcción, siendo así el primer hijo de éste convento. Ordenado presbítero en 1413 ya se distinguía por la austeridad de vida, prudencia y doctrina y por ello ocupó cargos de gobierno inmediatamente en Foligno, Cortona, Fiésole, Nápoles, Roma y Florencia. En Roma fue auditor de la Rota y notable maestro de derecho canónico. Fue vicario general de la reforma italiana de 1437 a 1447.


Con la munificencia de Cósimo de’Médici se edificó el convento de San Marcos en Florencia /1435) y, siendo Antonino su prior, (1436 – 1444) el beato Angélico decoró las diversa dependencia y allí se fundó la primera biblioteca abierta al público en Europa (1443). Participó en el concilio de Florencia (1445) y después fue nombrado arzobispo de Florencia (1446) por Eugenio IV, reconociendo en él su sabiduría y prudencia por las que erra llamado comúnmente: “Antonino el de los consejos.” Durante su priorato en San Marcos, desde 1439, había empezado la redacción de sus principales obras: la famosa, primera en su género, Suma de Teología Moral, sumamente práctica y Las crónicas.

Siendo arzobispo de Florencia no cambió en nada su tenor de vida anterior. Lleno del carisma del buen pastor fue un óptimo obispo: presente siempre con solícito cuidado, atento con los pobres, especialmente con los pobres vergonzantes para los que constituyó la asociación “Sociedad de hombres buenos de San Martín”; hacía mucha beneficencia privándose incluso de lo necesario para él mismo; fue severo pero moderado reformador del clero; fue pastor y catequista, pero principalmente predicador.

Murió el 22 de mayo de 1459 y su cuerpo incorrupto de venera en San Marcos de Florencia. Fue canonizado por Adriano VI el 31 de mayo de 1523.

Tomado de la Liturgia de las Horas propia de la Orden de Predicadores.